lunes, 27 de abril de 2009

"Hiperpaternidad"


Todo lo citado a continuación viene recogido en la revista del "País Semanal"con fecha 12-10-08.

El título hace referencia a un nuevo concepto de nuestra sociedad y que plantea cómo los adultos han "secuestrado" la infancia de los niños. Es el impulso de modelar a los hijos con un celo sobrehumano.

Los padres y madres actúan, hoy en día, de forma casi ansiosa sobre los hijos para conseguir lo mejor de ellos y de esta forma consumiendo todo el tiempo disponible. En este sentido los progenitores sienten que fracasan si los hijos sufren de algún modo y no brillan como artistas, profesores o atletas.

La presión ejercida viene dada desde diferentes flancos, el gobierno, la industria, la publicidad...En la actualidad, se mire donde se mire, el mensaje que se recibe es el mismo: la infancia es demasiado preciosa para dejársela a los niños y los niños son demasiado preciosos para dejarlos solos. Tal vez estemos formando a los niños más sanos, más brillantes y más felices que nunca antes hayamos visto. O tal vez no. El control al milímetro de la infancia, aunque bien intencionado, está fracasando. Es cierto que los niños necesitan mucha orientación y un firme empujoncito de vez en cuando, pero cuando los adultos mandan, cuando cada situación es programada, supervisada o estructurada, hay que pagar un precio. Los niños controlados al milímetro pueden pasarlo muy mal para valerse por sí mismos.

Hoy en día, los niños están demasiado ocupados corriendo de un lado para otro con clases de violín o clases particulares de matemáticas para coger el "universo en la palma de sus manos". La realidad es que los niños necesitan tiempo y espacio para explorar el mundo por sí mismos: así es como aprenden a pensar, a imaginar y a tener relaciones; a tomar gusto por las cosas; a saber qué quieren ser en lugar de ser lo que nosotros queremos que sean. Cuando los adultos controlan al milímetro la infancia de los niños, éstos pierden todo lo que da satisfacción y sentido a la vida: pequeñas aventuras, disfrutar del sentimiento anárquico, juegos, contratiempos... El tiempo libre es necesario en estos años, así como la diversión y la soledad, en lugar de llenar su agenda de actividades programadas que les impedirán pensar qué es lo que realmente quieren hacer.

Por otro lado, tenemos que volver a la idea de que una parte esencial de la salud infantil es que los niños jueguen solos, sin metas y objetivos. Una buena idea para empezar sería dejarles una o dos horas al día, entretenerse ellos mismos sin la ayuda de adultos o de ordenadores.

El primer paso en el caso de los padres sería dejar de lado el perfeccionismo. No hay una receta mágica para ser padres. La ansiedad y las dudas son una parte natural de la educación. La infancia no es una carrera que sólo pueden ganar los mejores. Cada niño es diferente. Esto último no significa en absoluto que los niños no necesiten de disciplina y firmeza de vez en cuando. Los límites les ayudan a sentirse seguros y a estar preparados para la vida en un mundo construido a base de compromisos y reglas. A veces, los niños necesitan que les digamos "no".

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¿Apunto de qué?, pues apunto de comenzar con nuestra revista escolar a la que le llamaremos "Apunto" por las múltiples connotaciones que ésta palabara tiene para nosotros.