viernes, 24 de octubre de 2008

Los primeros pasos del Ramón y Cajal

LOS PRIMEROS PASOS DEL COLEGIO RAMÓN Y CAJAL


El Colegio Público “Ramón y Cajal”, catalogado en la actualidad como CEIP –Centro escolar de Infantil y Primaria- es el colegio de la Villa de Arriba de La Orotava.
La primera piedra se colocó al comienzo de la década de los años 70 en el vergel orotavense de Los Trazos, en la misma ruta de los Molinos, en torno a la que históricamente se terminó configurando La Orotava. De hecho, 33 años después de su inauguración en 1973, el verde, con sus jardines y su vegetación exuberante, es una de sus señas de identidad.
Sus primeros pasos tienen lugar con el curso escolar 1974-75, pasos en realidad de gigante, pues su entrada en escena, marcó un antes y un después en la educación pública del el casco de la Villa, donde aquella tomaba por fin carta de naturaleza.
Hermano gemelo de los Colegios Sta. Teresa de Jesús de La Perdoma y Manuel de Falla de Barroso, fue el resultado de la confluencia de diferentes escuelitas que pululaban y subsistían a lo largo y ancho del casco villero, como las existentes en la calle León –hoy Servicios Sociales del Ayuntamiento- San Juan –la antigua Alhóndiga de la calle Nueva- la Piedad –hoy sede de la Asociación de vecinos Cruz Verde-, la Candelaria del Lomo –actualmente sede de la Cruz Roja-, entre otras. Todo, tras recalar primero en las aulas del antiguo Instituto de La Torrita –hoy Centro Polivalente de Cultura y Mercado del Agricultor-
El alumnado que comenzó a cursar sus estudios y que inauguraría en La Orotava los comedores y el transporte escolar, procedía de barrios tan distantes como El Rincón, La Luz, La Vera, Los Poyos, Los Rechazos, Candelaria del Lomo, Cruz de los Martillos, San Miguel, Barranco La Arena, San Juan, La Fariña, Camino Chasna, Montijos, El Paso, Sta. Catalina, Hacienda Perdida, Los Pinos, La Abejera… Tan extensa era la población escolar, que hubo que habilitar zonas aledañas como la Candelaria del Lomo, La Piedad o el edificio de la antigua Sindical de la calle Cantillo.
Años después, con el surgimiento de nuevos centros educativos primero, y la adscripción a los IES del alumnado de 13 y 14 años después, quedaría restringido al entorno poblacional de la Villa de Arriba, pasando de una media de 800 alumnos a situarse sobre 500. A grosso modo, han sido unos 5000 alumnos/as, quienes han recibido educación en el mismo, de la mano de unos 300 maestros y maestras, caracterizados no sólo por su buena labor pedagógica, sino por una alta estabilidad en plantilla.
En sus comienzos disponía de huerto escolar, con riquísimas lechugas y variedades hortícolas propias de la zona; campo de lucha canaria, de donde salieron luchadores profesionales; futbolistas que dieron aquí los primeros toques al balón antes de convertirse en internacionales con la selección española; profesionales de todas las ramas de la cultura y el mundo laboral, que junto con no pocos políticos, algunos en activo, se refugian de nuevo en sus recuerdos de infancia cuando en fechas tan memorables como la Navidad, el Carnaval o la Semana y el Día de Canarias retornan de nuevo a sus orígenes, ahora con nuevos retoños que vuelven a andar de nuevo el camino que ellos emprendieron tiempo atrás.
Porque si algo tiene la Comunidad Educativa del Colegio Ramón y Cajal es un sentimiento real de comunidad, en la que la asociación de madres y padres (AMPA), -muy activa desde sus inicios y que fundada en 1975 sería la primera de todas ellas-, ha tejido una relación con el Profesorado que ha posibilitado una cultura de la participación. Lo atestiguan numerosas actuaciones extraescolares y complementarias, prácticamente desde su inauguración, desde los primitivos cross populares al comienzo de los años 80 por todo el Barrio, las excursiones de final de etapa que nacieron con él, o siendo sede de equipos de baloncesto de 2º división, hasta “Jornadas de Teatro” o la celebración de la Romería de la Villa de Arriba, ya en pleno siglo XXI por citar sólo unos ejemplos.
En este entramado no ha estado ausente el Ayuntamiento de La Orotava, cuya colaboración ha sido vital en lo que a infraestructura y personal no docente se refiere. De hecho, la imagen que puede contemplarse actualmente del Centro procede de cambios sustanciales llevados a cabo en la década de los años 80 cuando, entre otras obras clave, se colocaría el tejado, se cercaría, se desarrollarían nuevos espacios y se reconvertirían otros.
La historia del colegio Ramón y Cajal es la historia de la educación del último cuarto de siglo. En él se han puesto en práctica las diferentes leyes educativas de las últimas décadas como: Reglamento de Centros Escolares de Enseñanza Primaria, Estatuto de Centros Escolares, LODE, LOGSE, LOE …
Ya desde sus inicios en 1974 se pone en marcha la Biblioteca, así como los Departamentos Educativos y los Equipos de Ciclo, junto una tupida red de actividades extraescolares como: Labores, Electricidad, Contabilidad, Cocina, Manualidades, Rondalla, Dibujo, Ping-pong, Corte y confección… a los que se añadirían en años sucesivos: Guitarra, Biblioteca, Gimnasia Rítmica, Judo, Lucha canaria, Mecanografía, Folklore canario, Balonmano, Fotografía, Teatro, Gimnasia para madres, Informática, Coral, Fútbol, Baloncesto, “Break Dance”, etc.
Desde sus primeros pasos se adelantó a la actual estructura de organización existente en las islas en base a los Equipos Directivos y al Consejo Escolar y no en vano en los últimos años ha participado en proyectos de innovación pedagógica relativos a contenidos canarios, medioambientales, juguetes autoconstruidos o los que hacen referencia a la UE como Comenius Acción 1.
Los primeros pasos del Colegio Ramón y Cajal y su historia sobrevenida, están plagados de personas entrañables. Algunas han ido quedando en el camino. Otras siguen bregando en él. Pero todas viven para siempre en este rincón de las Hespérides. Desde él han ido entregando a La Orotava lo mejor de sí mismos, junto a generaciones y generaciones de villeros que del Ramón y Cajal han salido para transformar y ponerse al servicio de esta sociedad que vive bajo el volcán. Un volcán, el Teide, que como Patrimonio Mundial de la Humanidad preside permanentemente nuestras horas y nuestros días…

Agapito de Cruz Franco

La Orotava, otoño de2008

_

¿Apunto de qué?, pues apunto de comenzar con nuestra revista escolar a la que le llamaremos "Apunto" por las múltiples connotaciones que ésta palabara tiene para nosotros.